Pídele a la
historia que detenga su marcha
Hamlet ya lo dijo
todo
y no podemos ir más
allá del hueso
donde los roedores
repiten su furia.
Detiene tu espada
con encarnadura
y percibe al
fantasma que vuelve
por tanto ensueño
perdido.
Suplica que
muestren los cadáveres
que la intriga se
esfume en la estela
que el mandato
desarbole la codicia
que ese amor de los
reinos esté yerto.
Recorta las dudas
de los perplejos
atento a la grafía
del frágil arrinconado
arrancado de su
apocada clarinada raíz
acuciado a consumir
el horario de su vida.
Anuncia que la
pasión no dura siempre
y el abundamiento
de opulencia que la sigue
sin que la letra
pueda contra la espada
sin poder vencer sobre
el plexo sacro error.
Acompaña al justo
en el correr de los siglos.
el honor desnudo de
la venganza
la locura
acusatoria de los desterrados
el dilema eterno de
ser o dejar de serlo.
JUAN DISANTE - Buenos Aires
Bello encontrar estas letras al anochecer.
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