martes, 4 de marzo de 2014

El placer de la galería M D´Orsay


Una mañana de golondrinas y promesas
ya perdida en el tiempo y
 en tan poco recorrido
aparecieron los chuscazos tras una vitrina,
noctámbulos,
picajosos y saltimbancos.
Nos preguntamos si liberarlos,
pero el caridoliente vigilant, eructó.
Entonces abrimos las rejas que daban a los Champs Élisées
y nos escapamos corriendo hacia
Montparnasse
pasando por Saint Michel.
En el elegante café Deux Magots atropellamos una mesa,
y un chihuaha enmoñado de azul, chuzaba enojado
nuestras pantorrillas cansías.
Nos perseguían cientos de tipos de mala digestión
y en un tris se sumaron más y más.
Nos escondimos en un agujerito
en la Plaza de la Bastilla
y tronchados de risa
vimos pasar a miles de culos perdidos

gritando: “¡Vive la Liberté!”.

Juan Disante - Buenos Aires - Otoño

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